Notas |
- "En la extensa nómina de conquistadores de la isla de Tenerife a los que no fue particularmente favorable la fortuna, destaca la figura de Rodrigo de Barrios, infante de la compañía del capitán Bernardo de Chichones, enviada por el duque de Medina Sidonia en socorro de las huestes castellanas [1]. La recompensa que recibió por sus servicios resulta, a la vista de lo que otros percibieron, notablemente exigua: solares para casas en 21 de enero 1499; una fanega de riego en 15 de abril de 1500 y otras tres, también de riego, en 6 de noviembre de 1501 y 2 de junio de 1502 en Taoro, que fueron confirmadas a su viuda en la reformación de Ortiz de Zárate, el 28 de mayo de 1506 [3], cuando ya Rodrigo había fallecido...."
[1] Viana, Antonio de: La Conquista de Tenerife. Tomos I y II. Edición de Alejandro Cioranescu. Aula de Cultura de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife, 1968.
Alonso, María Rosa: El Poema de Viana. Estudio histórico-literario de un poema épico del sigo xvii. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 1952,p. 608
[2] Moreno Fuentes. Francisca: Las datas de Tenerife. Libro primero de datas por testimonio. Instituto de Estudios Canarios. San Cristóbal de La Laguna, 1992, p. 15.
[3] Reformación del repartimiento de Tenerife en 1506. Instituto de Estudios Canarios. Fontes rerum canariarum vi. Santa Cruz de Tenerife, 1953, p. 133.
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"... Doce valientes, y nobles soldados, llamados Rodrigo de Barrios, Juan de Guzmán, Diego Fernández de Manzanilla, Juan de Llarena, Francisco Melián, Francisco del Portillo, Gonzalo Muñoz, Juan Méndez, Diego de Solís, Lope de Fuentes, Rodrigo de Burguillos, Alonso Fernández Gallego, que todos comían en un rancho, y en el otro, que ellos no tenían entrada, pidieron licencia al general para hacer una entrada en los valles del Reyno de Anaga, fuéseles concedida; sabido de algunos soldados, quisieron ir con ellos, no lo consintieron por parecerles eran bastantes para toda la Nivaria; despidiéronse los doce famosos Españoles de su general y capitanes, los demás soldados los censuraban por ver que se arrojaban al peligro, fiados en su valor; en breve tiempo pasaron los valles de San Andrés y llegaron a Taganana, en donde hallaron unos seis pastores, que guardando estaban ganado, diéronles asalto y los aprisionaron con más de cuatrocientas cabezas de ganado; trataron de volverse con la presa al Real, y caminando a él, ya que cerca del valle de San Andrés estaban, vieron una escuadra de más de doscientos naturales, capitaneándolos un arrogante guanche: Los doce amigos se detuvieron sin pasar adelante, por ser aquel sitio bueno, y de más ventaja para pelear con los enemigos: y para asegurar los seis pastores, los ataron de pies y manos, y dejaron un poco más abajo con el ganado: la escuadra de los naturales, que conocieron ser españoles los doce, y que traían presa, se acercaron a ellos, y el que delante venía que era el Rey de Anaga dijo a sus vasallos: estos seguros los tenemos, por el atrevimiento que han tenido de entrar en mi reyno, les tengo mandar despeñar: estando frontero unos de otros, dijo Rodrigo de Barrios: Señores guanches, ¿que pretenden? Ríndanse, porque ya hemos hecho yo y mis camaradas la cuenta, y sabemos cuantos caben a la ejecución de nuestros aceros; el Rey dio una grande risada de ver la arrogancia del español, y juzgando les hacía merced, les dijo: «Españoles, ríome de ver vuestra vanagloria, bajad y caminad adonde están vuestros camaradas, que os prometo por el hueso del gran Tinerfe mi antepasado de no agraviaros, que mi ira se ha vuelto en piedad”; los doce por no dejar la ganancia que traían, no quisieron bajar de lo alto; a esto dijo Juan de Llarena, «¿que hacemos?» Afrenta fuera nuestra, si al real fuésemos sin la presa y la mitad de estos guanches, y que diga que de temor la dejamos»; embistámosles, y diciendo Santiago a ellos, dispararon sus ballestas, y antes que el Rey y los suyos llegasen a lo alto ya habían caído más de veinte; cerraron unos con otros con sus espadas y dardos, y después de haber peleado más de un cuarto de hora, los naturales huyeron el valle abajo vencidos, dejando sólo a su rey en la pelea, que tan valeroso era que se defendió de los doce, y viéndose rendido, tuvo por mejor dar un salto la sierra abajo, a riesgo de matarse que entregarse; ocuparon aquellos andenes y laderas setenta cuerpos muertos y muchos heridos.
Quedaron los doce victoriosos, y para crédito de su embestida, salieron heridos sin riesgo: dijeron a los que huyendo iban: subid valientones, o llamad a toda Anaga, que aquí os aguardamos; dijo Francisco Melián a Lope de Fuentes, que se pusiese un pañuelo en una mano que tenía herida, y la respuesta que le dio, fue decirle: dejad amigo que esta sangre salga, que ahí llevamos con que criar otra: recogieron su ganado, desataron los seis pastores, que fueron testigos de la batalla, y prosiguieron su viaje; llegaron al Real; fueron bien recibidos de su general, y capitanes y camaradas, dándoles los parabienes del buen suceso; no faltaron envidiosos de ver habían cobrado fama: mandó el general que se curasen, y respondían, que no era nada: preguntoles el general lo que les había sucedido, y remitieron la respuesta a los seis pastores, que fueron testigos de vista, que no parecería bien ellos darla: a súplica de algunos amigos se curaron, que tan poco caso hacían de las heridas, que les parecía no habían de ser causa de muerte. Estos doce soldados anduvieron siempre juntos en todas las facciones, que se ofrecieron en la isla, hasta que fue conquistada, señalándose cada uno de por sí en su valor, y ánimo. Con la presa de el ganado tuvieron que comer algunos días los Españoles, que quisieran les viniese cada día otro socorro, porque no estaban muy sobrados de comida; y aún que algunas entradas se hacían por aquella parte de Anaga, se sacaba de ellas poco provecho, por que el Rey de Anaga hizo retirar todo el ganado de su reino a las más remotas sierras de él, por librarlo de los españoles, con que comenzaron a padecer muchas necesidades..."
(Juan Núñez de la Peña, "Conquista y Antigüedades de las islas de Gran Canaria).
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Sources: Gaviño de Franchy, Carlos: Noticias sobre la variopinta estirpe del conquistador Rodrigo de Barrios. Islas Canarias, 2016
Sources: Tabla de parentescos de don Fernando de Castilla, regidor de La Palma (s.XVI) Acceso libre en Internet
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