Notas |
- A la muerte de su marido, sus cuatro hijas de corta edad quedaron bajo la tutoría de Doña Francisca Boot y Monteverde, según dispuso el abuelo de las pequeñas. De éstas, fue Doña Tomasina la que prolongó la familia puesto que Doña Cristobalina entró monja en el convento de Santa Águeda y las dos restantes debieron morir en edad pupilar. Doña Francisca Boot tuvo que velar por los intereses de sus hijas. Pleiteó con parientes de su marido en defensa de los bienes de su suegro, así en lo tocante al patronazgo de la capilla de San Juan Bautista como al arrendamiento del almojarifazgo de La Palma. A su muerte, su madre Doña Ana de Monteverde, viuda y tercera esposa del Capitán Jerónimo Boot, tutora que pasó a ser de Doña Tomasina de Espinosa, continuó el litigio pendiente y recurrió en grado de apelación ante la Santa Sede contra la sentencia desfavorable a su nieta como patrona de dicha capilla y patronazgo fundado por Juan de Valle en cual la joven había sucedido por muerte del Licenciado Espinosa, su abuelo.
|