Notas |
- Linajes nobiliarios de León y Castilla, siglos IX-XIII; Margarita Torres Sevilla, ISBN: 84-7846-781-5
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En 932 se trasladó a Zamora con objeto de armar un gran ejército para socorrer a la ciudad de Toledo que le había pedido ayuda contra Abderramán III.
Sin embargo, por entonces Alfonso IV ya se había arrepentido de su renuncia al trono. A finales del 933 o principios del año siguiente, Alfonso se apoderó de León en ausencia de su hermano, con la colaboración de los nobles de Castilla y los tres hijos del difunto rey Fruela. Enterado Ramiro II de tales movimientos por mensaje del obispo Oveco, a quien había encomendado el gobierno en su ausencia, marchó sobre León con sus tropas y partidarios e hizo detener y encerrar en un calabozo a su hermano.
La situación fue aprovechada por su primo Alfonso Froilaz y sus hermanos, los hijos del rey Fruela II el Leproso, para intentar acceder al poder. Sin embargo, el enérgico e inflexible Ramiro II contaba con el valioso auxilio del conde de Castilla, Fernán González, así como del Rey navarro Sancho I Garcés. En pocos días dominó la situación y persiguió a sus enemigos hasta Oviedo, donde los derrotó. Tras capturarlos, ordenó que les sacaran los ojos a todos, incluido a su hermano, y los confinaran en el monasterio de Ruiforco de Torío.
Una vez afianzado en el trono, Ramiro prosiguió el proceso de conquista territorial en el sur del reino. Comenzó conquistando la fortaleza omeya de Magerit, la actual Madrid, a mediados de 932, en su idea de liberar a Toledo. Pero ya ocupadas por al-Nasir, tiempo antes, las fortalezas de la margen derecha del Tajo, Ramiro solo pudo desmantelar las fortificaciones de Madrid y depredar sus tierras más próximas, de donde trajo numerosas gentes, mientras Abderramán entraba triunfalmente en Toledo el 2 de agosto.
En los últimos años de su reinado, Ramiro II tuvo que hacer frente a los afanes independentistas del condado de Castilla. Fernán González, que hasta entonces había sido la mano derecha del monarca, incurrió en la ira del soberano al violar la tregua con el califato omeya y hacer una incursión de saqueo.
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